Poema de Córdoba

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Poema de Córdoba

Composición llena de lirismo, que el propio Romero de Torres definió como reencarnación del pasado en el presente. Pintado en 1915. En este aspecto el pintor se suma a la escuela de los alegoristas, a pesar de la devoción que profesó por el arte del Renacimiento Italiano, jamás se desentendió de la alusión y ambiente del espíritu de su ciudad.

Es su obra capital compuesta a modo de retablo, forma que le sirvió en repetidas ocasiones. Consta de seis paneles de igual tamaño, y uno central de tamaño superior. En las ocho figuras de mujer que aparecen en el retablo y en los variados paisajes ideales que le sirven de fondo, el pintor interpreta el espíritu de Córdoba, a través de sus distintas épocas. La esencia y gran belleza del cuadro está en el juego de símbolos, la correspondencia entre mujer y fondo.

En el primer panel de la izquierda se representa la Córdoba del Gran Capitán o Guerrera. En primer plano aparece una joven vestida lujosamente, con traje bordado en oro y mantón rojo. Al fondo de la composición una imaginaria plaza donde se mezclan elementos de la arquitectura cordobesa. En el centro la estatua ecuestre sobre pedestal del Gran Capitán, rodeado por una verja de hierro plateresca. A la derecha, la casa de Jerónimo Páez y delante de la estatua pasan unos jinetes. En la lejanía, la Sierra de Córdoba.

El panel segundo es la Córdoba Barroca, en el cual, en un primer plano una mujer vestida de blanco con matón negro, apoyada sobre un pedestal; en actitud indolente, mira absorta a lo lejos. Como telón de fondo una plaza, donde se ven fragmentos de casas solariegas cordobesas; en el centro un imaginario monumento a Góngora entre naranjos. Un jinete cruza la plaza y se descubre ante la figura femenina. A lo lejos el río, el barandal de la ribera y las lomas del campo al atardecer.

En el tercer panel se representa a la Córdoba Judía; una mujer se apoya perezosamente, sobre el dintel de una puerta que se abre a una plaza, en el centro de la cual se alza un monumento a Maimónides. Al fondo, la plaza de la Fuenseca y el callejón del Portillo. En éste se representa una escena de amor y celos en miniatura.

El panel central, de mayores dimensiones que el resto, hace referencia a la Córdoba Cristiana. Dos figuras femeninas, bajo un arco sostienen un triunfo de San Rafael, simbolizando la devoción que todas las clases sociales cordobesas profesan a su Ángel Custodio. Dos jóvenes, la de la izquierda vestida con mantilla y la de la derecha ataviada con mantón, sostienen el triunfo de San Rafael, una joya de platería cordobesa, copia fiel del conocido cuadro de Valdés Leal sobre el mismo tema. Al fondo de la composición, crea una imaginaria plaza con fachadas de conocidas casas cordobesas y una fuente central. A lo lejos el río y el campo.

En el quinto panel, la figura femenina protagonista representa la Córdoba Romana, vestida con traje de color terroso, rematado en su escote con bordados en oro y al cuello un collar de finas perlas. Moldea su cuerpo con un tratamiento de estatua clásica, apoyada en un pedestal, cubierto por su mantón. El fondo representa la Puerta del Puente y por la luz de su entrada dos arcos. Delante, un monumento imaginario a Séneca, ante el cual se desarrolla una escena en miniatura.

Para el sexto panel Romero de Torres se sirvió de una joven que aparece en la composición vestida de negro y mantilla de blonda, un encaje blanco remata sus mangas y cuello. Cruza sus manos sobre su pecho, en actitud de sentimiento. Romero de Torres quiere con este lienzo representar a la Córdoba Religiosa. Como escenario de fondo, una caprichosa composición en la cordobesa Plaza de los Dolores, con la Iglesia de Capuchinos al fondo. Un inexistente sepulcro del obispo Osio y el Cristo de los Faroles, interpretado de forma imaginaria, sin los elementos característicos que le confieren a su nombre. Una monjita avanza hacia el monumento funerario de Osio, y tres cipreses a la derecha, remarcan el tono fúnebre de la composición.

Por último, el panel que representa la Córdoba torera, simbolizada en el torero “Lagartijo”. La modelo envuelta en un mantón rojo llevado con dejadez, por el que asoma el rico bordado en oro de su vestido, tiene un clavel rojo en su mano derecha. Como fondo elige el pintor, intencionadamente, la Plaza de la Corredera, ya que en sus orígenes, una de las funciones de esta plaza era la de servir como recinto de festejos taurinos. En los balcones, mantones de manila que cuelgan, adornando como si en verdad se tratara de una plaza de toros. En medio, sobre un pedestal de cuatro columnas, la irreal estatua de Lagartijo y a los pies del monumento, un torero remata una faena de muerte ante un hermoso toro, brindando la muerte del animal a la estatua.

Este poema de Córdoba es la expresión de siete épocas espirituales e históricas en el ambiente cordobés. En el políptico, el pintor, celoso de las glorias pretéritas de Córdoba, tiene que evocar de alguna manera, ese pasado y subrayar cómo influye éste en la psicología de las gentes cordobesas. Romero de Torres nos habla de todo esto, trazando una arquitectura de siglos, unas estatuas de línea clásica, algo que lleve nuestro pensamiento hacia edades más o menos remotas.

Poem of Cordoba

This composition, full of lyricism, was defined by Romero de Torres as the reincarnation of past in present. It was painted in 1915, when the artist subscribed the School of Allegorists. In spite of the devotion professed to the Italian Renaissance, he never left aside the allusion and the atmosphere of his city.

His supreme work is an altarpiece, a format usually by Romero de Torres. This work has six equal-sized flat panels and one larger central flat panel. In the altarpiece appear eight women figures and —as a background— varied ideal landscapes. The painter interprets the spirit of Cordoba through its different periods. The essence and beauty of the painting lies in the play of symbols, the correspondence between women and background.

In the first left panel it is depicted the "Cordoba of the Great Captain or Cordoba Warrior". In the foreground appears a young girl luxuriously dressed, wearing an embroidered dress and a red shawl. At the background there is an imaginary square where it is combined some elements of the Córdoba architecture. In the center it is located an equestrian statue of the Great Captain, walled in by plateresque iron railings. In front of it, there are some horsemen. On the right, the house of Jerónimo Paez. Far away, appears the mountain range of Córdoba.
The second panel is the "Baroque Córdoba". In a foreground, a woman is wearing a white dress and a black shaw, lying on a pedestal. Engrossed on her thoughts, she is looking in an indolently way to the horizon. As a backdrop there is a square where it can be appreciated in the center an imaginary monument to the poet Góngora encircled by orange trees and some fragments of ancestral homes of Córdoba. A horseman crosses the Square and take his hat off to a female figure. In the distance there is the river, the railing in the banks and the hills at dusk.

The third panel represents the "Jewish Cordoba". A woman is leans back lazily on a lintel of a door. That door leads to a Square with a monument of the poet Maimonides in the center. In the distance, the Fuenseca Square and the Portillo Alley are depicted. A scene of love and jealousy is represented in miniature.

The central panel, larger than the others, refers to "The Christian Córdoba". Two female figures are holding a Triunfo de San Rafael (Statue of San Rafael) under an arch. That symbolizes the devotion of the whole Córdoba society to his Guardian Angel. The young girl on the left side is wearing a mantilla, and the other a shawl. The Triunfo de San Rafael that they are holding is a piece of silver Córdoba jewelry, an accurate copy of the well-known painting of Valdés Leal. In the background, Romero de Torres created an imaginary Square with a central fountain and the well-know façades of Córdoba. In distance, appear the river and the fields.
In the fifth panel, the female figure represent the "Roman Córdoba". She is wearing a earth-colored dress, trimmed in gold on its neckline, and a fine pearls necklace. Her body is mold like classical statue, propped over a pedestal and covered by her shawl. The background represents la Puerta del Puente (Bridge Gate) and thanks to its light, two arches can be seen. In front of it, there is an imaginary monument of Seneca with a miniature scene.

In the sixth panel appears a young woman wearing a black dress white laced on its cuffs and neck and a blond lace mantilla. Her hands are crossed over her breast. Mr. Romero de Torres wants to represent "The Religious Cordoba". As a background, there is a fanciful composition in the Plaza de los Dolores with the Capuchin church as a background. There is also a nonexistent sepulcher of the Bishop Osio and the Cristo de los Faroles— imaginary represented, without the lanterns. A nun approaches it and there is also three cypresses on the right side, emphasizing the funereal tone of the composition.

Finally, the last panel represents "The Bullfighter Cordoba" symbolized in the bullfighter "Lagartijo". The model wears in a loosely way a red shawl in which a wealthy golden trimmed of her dress can be appreciated. She is holding a red carnation. As a background, it is chosen deliberately the "Plaza de la Corredera" due to this square served for bullfighting events. The Manila shawls are hanging of the balconies as it was a bull ring. In the middle of the composition, there is the unreal statue of Lagartijo and at the foot of it a bullfighter finish the series of passes and he dedicates the death of this beauty bull to the statue.

The Poem of Córdoba is the expression of seven spiritual and historical periods in Cordoba. In his polyptych, he is proud of the past glories of Cordoba, he evokes this past and remarks its influence in the psychology of the "Córdoba Inhabitants". Romero de Torres shows us everything about his city, painting a centenarian architecture and classic statutes to lead our thoughts through different ages.